miércoles, 20 de febrero de 2013

Crónica casera de la presentación del concurso

Sábado 16 de febrero. Bar Discos Monterey.
Fotografías: S.Inclán.




























Como no nos hemos cansado de repetirlo todos estos años, a los de Bostezo no nos puede ir mejor. Y por lo visto, tampoco a Malatesta Records, que, sobrados de confianza (es lo que tiene que no te pueda ir mejor), son capaces de autocontraprogramarse. Así de desprendidos somos en Valencia: "xé, ¿para qué convocar solo un evento si también podemos convocar dos?". Pues eso, que a la misma hora de la presentación del concurso PONLE MÚSICA A VALENCIA (convocado por la revista Bostezo y Malatesta Records, con 500 euros en premios), la misma Malatesta Records también había convocado en la sala El Loco Club un concierto matinal con El Ser Humano y Lülla, dos de los estandartes de su sello discográfico. ¡La casa por la ventana! ¡2 x 1, señora!


Pero luego va y las cosas incomprensiblemente nos funcionan (debe de ser un talante relajado y un optimismo a prueba de hecatombes ante la evidencia de que todo nos podría ir muchísimo peor). En Bostezo, imagino que en Malatesta también, hemos aprendido a medir a los asistentes en función de su calidad y no de su cantidad. Así, no nos queda más que agradecer que más de un tercio de los 19 miembros del jurado hicieran acto de presencia (Raúl Tamarit de Mislata Radio, Mike Calvo de Gramola de Keith, Rubén Soler de Cápsulas musicales, Raquel García de Bostezo, Juanma Sánchez de Artefactos, Javier Pérez de Amigos del Crimen y los periodistas Daniel Grau y Mariche Soriano) y que un nutrido grupo de cantautores (Pentatrónica, Amatria, el Jipi del Arroyo, el propio Néstor Mir, Antonio de Dwomo, Rafa en su Pecera, Raúl Tamarit o los Vetusta morla con su ópera 2.0. Sentencia definitiva del contencioso valenciano-catalán) nos regalaran una pizca de su caudal musical en una jam desenchufada. Pues de eso se trataba. Andaban también por aquí distinguidos miembros del parasistema cultural valenciano (Inés Plasencia dixit) como David Estal (de Desayunos con viandantes); Altea Molins y Adrián Persani (del Pinball); Marc Sempere (exJalea Real, capitost de Compartir dona gustet) que se marcó un poema del Estellés, y Markitxu, de Falles Populars i Combatives, que este año conmemoran su décimo aniversario.

¿Si no les digo yo que por aquí se pasó la mejor flora que ahora mismo brota en la terreta? Solo faltabas tú. Y ellos. Y el resto.

Y fue un regalo que Antonio de Dwomo se marcará sus bombes de xocolat. Y que el Jipi del Arroyo volviera a sorprendernos, cada vez más desatado sobre los no-escenarios,... Rafa en su Pecera nos regaló su disco De Winconsin al cielo en formato CD y Néstor Mir, y susPotencias del Este, el suyo (interpretado en francés), además de un recopilatorio del sello Malatesta. Y, claro, allí también estaba Víctor Romero, de Monterey Discos, ese señor con bigote que si no existiera tendríamos que inventarlo ("puede que los haya mejores, pero yo no los conozco"). Y estaban los de Bostezo, nosotros (David, Sergi, Raquel y el otro). Y estaba también Pol, el suscriptor más joven de la revista (se suscribió con año y medio), un niño que, a pesar de eso, da la impresión de estar creciendo muy sanote (a ver si cunde el ejemplo). Y se pasaron, aunque no tocaron, los Rajoy Division (Alex y Simón) y Senior sense el Cor Brutal. Y todos en estado aparentemente sobrio, al menos al principio.

Y, como colofón, un regalo de Paloma, Natalia y Kiko, esto es, Empalmada, banda gestada para nacer y morir en una mañana (tan valenciano esto) con una sola canción en forma de versión del Ná de ná de Los Enemigos en clave valenciana, con bajoquetas, Albufera, cazallas y paellas que no son domingueras. Una canción improvisada ("ensayar es de cobardes") en media hora en un parque cercano y que fue el cierre apropiado ("no podía ser mejor") a la presentación del concurso, que no a la jam porque está continuó hasta bien entrada la noche, dinamizada por el sempiterno Jipi del Arroyo y una señora de Madrid que había venido con su marido alemán a pasar el fin de semana a Valencia y se encontraron con esto, es decir, con nosotros. Estoy seguro de que el Jipi, Sergi y el otro (que, iluso y autoengañado, por la mañana se había hecho planes de pasar la tarde leyendo a Monterroso) batieron el record de permanencia en la historia habida y por haber del Monterey (gracias Eva por aguantarlos): once horas sin moverse de allí en una 'neverending jam', como la bautizó el primer bajista de La Habitación Roja, que es ni más ni menos que David Barberá (esto es verdad, dice que se lo dejó por Bostezo, eso debe de ser mentira). Alambicados con trombones, cañas y boquerones (si llego a saber que me saldría un pareado tan lamentable con -ones, nos pido unas anchoas).

Así pues, el concurso va viento en popa ("no nos puede..."). Vamos tan sobrados que los flyers se nos quedaron olvidados en un cuartito oscuro. Pero estamos convencidos de que el gremio musical valenciano responderá en masa antes de la medianoche del 30 de marzo. Y si no, si no,... 'si no' es una opción que no contemplamos. Además de los tres premios en metálico, tenemos treinta y ocho de las orejas más atildadas del panorama musical de la ciudad esperando para escucharles. ¿Qué más necesitarán para enviarnos un tema sobre Valencia (no necesariamente inédito) como eje vertebrador de este mapeo sonoro valenciano?

Y Néstor, la próxima vez no nos autocontraprogramaremos con dos conciertos al mismo tiempo. Será mejor hacerlo con tres o cuatro, y dos presentaciones de Bostezo. Así fraccionaremos más a nuestro público potencial, ese del que, en tiempos digitales, una revista de arte y pensamiento en formato papel y una discográfica que edita y difunde CD´s no es que vayan precisamente muy sobrados. De todas formas, en Bostezo nunca gustaron mucho las multitudes. Y no sea que comiencen a llegar un día de estos y nos jodan el invento.

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